El Festival de Jazz de Barcelona 2025 ha vivido uno de sus momentos más esperados con la presentación de Sullivan Fortner, el pianista estadounidense que ha conquistado la escena jazzística internacional gracias a su estilo sofisticado, elegante y cargado de personalidad. Con su habitual porte sereno y una técnica impecable, Fortner se convirtió en la estrella de la noche en su esperado estreno en la ciudad condal, demostrando que el jazz contemporáneo sigue vivo y más innovador que nunca.
Una llegada muy esperada
Desde su confirmación en la programación del festival, el público no dejó de mostrar entusiasmo por el debut de Fortner. Conocido por su trabajo con grandes figuras del jazz como Wynton Marsalis y por sus discos aclamados por la crítica, el pianista llega a Barcelona con un repertorio que mezcla composiciones originales con reinterpretaciones de clásicos del jazz. Su llegada al escenario fue recibida con un aplauso prolongado, mientras los asistentes se acomodaban para disfrutar de una velada que prometía ser inolvidable.
El ambiente del festival estaba impregnado de expectativa. El escenario principal, decorado con luces cálidas y detalles que evocaban la intimidad de un club de jazz, ofrecía el marco perfecto para la actuación de Fortner. Desde el primer acorde, quedó claro que el pianista estaba listo para dejar su sello: un sonido elegante, controlado pero cargado de emoción, capaz de transportar al público a un universo musical único.
Un estilo que combina tradición y modernidad
Sullivan Fortner se ha ganado un lugar destacado en la escena del jazz por su capacidad de equilibrar la tradición con la innovación. Su estilo, que muchos describen como “cool y sofisticado”, se caracteriza por una armonía compleja, ritmos fluidos y un fraseo que recuerda a los grandes pianistas del pasado, pero con un toque contemporáneo que lo hace inconfundible.
Durante su concierto en el Festival de Jazz, Fortner interpretó temas de su último álbum junto a standards del jazz, mostrando un virtuosismo que atrapó al público. Cada improvisación fue una demostración de creatividad y control, mientras sus dedos recorrían las teclas con precisión y sensibilidad. El pianista no solo tocó la música; la vivió, y esa pasión se transmitió a cada asistente, desde los melómanos más exigentes hasta los espectadores que asistían por primera vez al festival.
La interacción con la banda
Parte del encanto de Sullivan Fortner radica en su habilidad para dialogar con los demás músicos. En su debut barcelonés, estuvo acompañado por una sección rítmica sólida, que incluía bajo y batería, creando un entramado sonoro donde la improvisación fluía de manera natural. La química entre los músicos fue evidente, con miradas cómplices y respuestas musicales que mantenían la tensión y la emoción durante todo el set.
El público, fascinado por cada nota, respondió con aplausos y vítores tras cada pieza. Muchos comentaban que la experiencia recordaba a los grandes clubes de jazz de Nueva York, pero con la calidez y cercanía propias de un festival en Europa.
Un estreno que promete historia
El debut de Sullivan Fortner en Barcelona no solo consolidó su reputación internacional, sino que también subrayó la relevancia del Festival de Jazz de Barcelona como plataforma para talentos contemporáneos del género. Su estilo, definido como “cool y elegante”, no deja lugar a dudas: Fortner es un pianista que entiende la historia del jazz, la respeta y la reinventa con una sensibilidad única.
Con este concierto, el público barcelonés pudo experimentar en primera fila la magia de un artista que combina técnica, emoción y creatividad. La actuación de Sullivan Fortner será recordada como uno de los momentos más destacados del festival, un estreno que marcó un hito en la carrera del pianista y reafirmó que el jazz sigue evolucionando sin perder su esencia.
Fortner salió del escenario entre aplausos y ovaciones, dejando claro que, en materia de estilo y elegancia, está más “cool” que nadie. Su estreno en Barcelona confirma que su música tiene el poder de emocionar, inspirar y conectar a todos los públicos, consolidando su lugar como una de las figuras imprescindibles del jazz contemporáneo.
